domingo, 12 de enero de 2020

Los matices del cielo

El cielo ya no oscila entre los matices del azul y del blanco.

Los días ahora son entre verde montaña
verde mar
y color barro
Como el entorno de un río desbocado
en medio de la selva.

Nadie sabe qué pasó, aunque abundan las historias.
Yo era muy joven cuando los primeros síntomas empezaron a percibirse.
Primero en la sensación del aire.
Aún se puede respirar, no es tóxico.
Pero ahora pesa más.
O eso es lo que dicen.
Yo ya no lo recuerdo.

En mi memoria los días de mi infancia
pasan fugaces,
son cascadas caudalosas de tormenta.
Mi presente, en cambio, es como los pasos
de un perro viejo y achacoso
que debe reposar a cada tanto.

El aire más pesado ha hecho lento el paso del tiempo,
y todo menester humano ha debido reducir su ímpetu.

Ya no hay telecomunicaciones.
Sólo comunicaciones verbales
gestuales
corporales
escritas en papel
cantadas.
Ya no hay pantallas
ni electricidad.

Sólo ojos atentos y oídos atentos.
Y personas dispuestas a comentar
los matices del cielo.
A jugar con sus recuerdos pasajeros.
A intentar traer de nuevo el azul
que ya no existe allá arriba,
sólo adentro, y en algunas pinturas que aún quedan.

Ahora respiramos y estamos como más presentes.